¿Alguna vez has comido sin hambre? Por aburrimiento, por tristeza, por alegría… Comer sin tener hambre suele estar relacionado con nuestro estado de ánimo. Buscamos canalizar nuestras emociones de tristeza, ansiedad o frustración a través de la comida. Ligamos las emociones a nuestros hábitos alimentarios y llegamos a confundir el hambre real con el hambre emocional. Un mal día, peleas con tu pareja, tus hijos, tus compañeros, estrés, ansiedad, nervios o los días previos al periodo son algunos ejemplos de situaciones que desencadenan la aparición de hambre emocional.
Creemos que la comida puede ser una buena estrategia para paliar la emoción, ya que después de ingerir los alimentos nuestro cerebro segrega sustancias que nos provocan placer instantáneo. Sin embargo, cuando estos episodios se repiten en el tiempo pueden alterar nuestra salud física, dando lugar a un aumento de peso, malas digestiones, gases, estreñimiento, diarreas y un largo etcétera. Es fácil sentirse atrapado en este bucle sin saber como poder salir si la situación emocional no mejora. Os proponemos algunos consejos para liberarnos de este patrón y mejorar nuestra calidad de vida.
1. CAMBIA LA RUTINA
Cambiar la rutina que te hace daño por otra menos dañina. Cuando aparezca este impulso de comer sin hambre, distrae tu mente. Realiza otra actividad como caminar, leer, ir en bici… cualquier otra rutina.
2. IDENTIFICA LAS CAUSAS
Identifica las causas que provocan este estado emocional. No siempre es fácil reconocerlas, pero resulta un paso primordial saber cuál es la situación, persona u objeto que te motiva a empezar a comer. Una vez sepas cuáles son tus necesidades reales podrás empezar a satisfacerlas sin comer compulsivamente.
3. ESCRIBE CÓMO TE SIENTES
Escribe cómo te siente después de comer. En muchas ocasiones el hambre emocional es sinónimo de comida basura o de grandes cantidades de alimentos. Anota como te sientes después de comerlos, en un futuro verás que la sensación posterior nunca es mejor y podrás empezar a controlar el impulso.
4. NO TE JUZGUES NEGATIVAMENTE
Este comportamiento es una señal de que hay aspectos de tu vida que necesitan una especial atención. Es hora de enfocarte en ellos y empezar a modificar lo que se pueda para mejorarlos.
5. ¡QUIÉRETE!
Y es que nos olvidamos muchas veces de nosotros mismos. Quererse no es lo mismo que mimarse, quererse es cuidar nuestro cuerpo y nuestra salud, y eso pasa por seguir paso a paso todos los apartados anteriores y no a sentarse en el sofá con un bol de patatas fritas y una tableta de chocolate pensando ‘mañana será otro día’.
6. COME SANO
Intenta hacer comidas completas y ricas en nutrientes. No olvides la presencia de vegetales en cada comida, crudos y cocinados; la presencia de proteína de alta calidad como legumbres, quinoa, pescado azul o huevos ecológicos, y grasas saludables como los frutos secos, aceitunas o aguacates. Comer de manera saludable ayuda a que sea tu propio cuerpo quien no tolere la comida basura.