Lo que compramos es lo que comemos. Para empezar a cambiar tus hábitos de alimentación y comer bien, lo primero que debemos hacer es modificar nuestros hábitos de compra. Hacer la compra puede resultar a veces muy tentador, tanta variedad de alimentos, tantos colores, tantas marcas, tantas etiquetas… Todos mantenemos unos hábitos de compra. En la mayoría de los casos vienen dados por las estrategias de marketing y venta de la industria alimentaria. Entrar en un supermercado y salir sin un solo producto “tentador” puede resultar una misión imposible.
Asegúrate de ir al supermercado después de haber comido. Tener hambre e ir a comprar alimentos nunca será una buena combinación, comprarás mucho más de lo necesario.
Veamos qué incluir en tu compra para garantizar que cualquier tipo de combinación será siempre saludable.
ALIMENTOS QUE NO QUEREMOS
- Alimentos procesados: galletas, bollería, alimentos precocinados, sopas instantáneas, etc. Fíjate bien en las etiquetas y todos aquellos alimentos que contengan más de 5 ingredientes y que además no conoces; déjalos en los estantes.
- Alimentos refinados: pan blanco, pasta blanca, sal refinada, azúcar blanco, arroz blanco, etc. Queremos consumir los alimentos tal y como la naturaleza los presenta y el pan, la pasta o el arroz en su forma natural son integrales, así que elimina los blancos de tu lista de la compra.
- Aditivos alimentarios: edulcorantes, estabilizantes, potenciadores de sabor, etc. Lee las etiquetas y aléjate de ellos.
- Trigo y derivados: no hace falta eliminar el gluten de la dieta si tu cuerpo lo tolera o si no quieres hacerlo, lo que sí que te recomiendo es eliminar el trigo. Prueba otros cereales como la espelta, el kamut o el trigo sarraceno, por ejemplo.
- Lácteos y derivados: este grupo de alimentos es más complejo. Si tu cuerpo tolera la lactosa y no quieres suprimirlos, es una decisión igual de válida. Sin embargo, la leche es un alimento de difícil digestión y existen alternativas vegetales iguales de buenas. Mi consejo personal es eliminar la leche y, para los más adictos al queso, recomiendo el queso de cabra elaborado con leche cruda ecológica.
- Alcohol y refrescos: Eliminar los refrescos en casa. Si salimos fuera y nos apetece uno de vez en cuando, bueno, pero tenerlos en casa siempre será una tentación. Lo mismo con el alcohol, evita añadirlo en tu lista de la compra.
ALIMENTOS QUE SÍ QUEREMOS
- Frutas y verduras de temporada: todas, todas y todas las que más te gusten. ¡Son fuente de vitaminas, minerales, enzimas… en definitiva, ¡de vida!
- Frutos secos y semillas: nueces, avellanas, almendras, semillas de chía, sésamo, girasol, cáñamo… son grandísimos alimentos y fuente de grandes dosis de calcio. Combinan con prácticamente cualquier tipo de preparación culinaria.
- Cereales integrales y legumbres: arroz integral, quinoa, lentejas, lenteja roja, garbanzos… alimentos con dosis de fibra, proteínas y dosis de vitaminas, que no falten en tu lista de la compra.
- Aceites prensado en frío: aceite de oliva y de coco. El primero se puede consumir en crudo y también se puede usar para cocinar, y el segundo es muy útil y saludable para cocinar.
- Pescado: sobre todo que no se haya criado en piscifactoría y que sea de tamaño más bien pequeño (dentro de los límites, como por ejemplo boquerón, caballa o sardina).
- Carne: ecológica. Tanto la fruta, como la verdura y la carne, es importante que sean ecológicas, en la medida de las posibilidades.
- Huevos: que sean ecológicos. Fíjate en los números impresos en la cáscara, el primer número debe ser en cero.