Si bien la música no es más que una secuencia ordenada de notas, su efecto en nuestras emociones es indudable. Pero no queda ahí, porque se ha constatado que la música puede ayudarnos en muchos aspectos de nuestra vida. Veamos unos cuantos de ellos.
BENEFICIOS CEREBRALES
Tocar de manera habitual un instrumento mejora las habilidades del lenguaje, la memoria a largo y corto plazo, la conducta o la inteligencia espacial (capacidad para percibir de forma detallada el mundo y formar imágenes mentales de los objetos). La práctica musical se asocia con la plasticidad estructural y funcional del cerebro. No en vano, cada vez más especialistas recomiendan una formación musical para mejorar las habilidades lectoras y de escritura, sobre todo, en niños con dislexia.
No parece que el gobierno del PP haya leído mucho de esto. La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) ideada por José Ignacio Wert en 2015 dejaba Música como optativa, no sin previamente afirmar que era una “asignatura de las que distrae”. Distrae de asignaturas tradicionales como las de matemáticas o lengua, claro, las que constatan la inteligencia “clásica” de un niño o niña.
AMANSA A LAS FIERAS
Es bien sabido que con la música se produce un arrastre emocional que se traduce en expresiones físicas rítimicas que tratan de seguir el son de aquello que está sonando. En resumen, se produce una sincronización entre la música y el comportamiento externo. Lo mismo ocurre con los bebés, aunque sea sólo de forma psíquica.
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Montreal confirmaba que los bebés pueden relajarse tanto, o más, con una canción que con la voz hablada. En el trabajo, los bebés permanecieron en calma el doble de tiempo cuando escucharon una canción (incluso sin conocerla) que cuando se les hablaba. Según los investigadores, los resultados dejan pocas dudas acerca de la eficacia de cantar canciones infantiles y de cuna (basadas en la simplicidad y la repetición) para mantener la calma de los bebés durante períodos prolongados.
AYUDA EN LA FUNCIÓN EJECUTIVA
La música puede ayudar a mejorar la función ejecutiva, es decir, aquellos procesos cognitivos de alto nivel que permiten a las personas procesar y retener información, regular sus conductas, tomar buenas decisiones, resolver problemas, y planificar y adaptarse a las cambiantes y rápidas demandas mentales.
Así lo confirmaba un estudio publicado en PLoS ONE y llevado a cabo por investigadores del Boston Children’s Hospital. Estos resultados también son importantes a nivel educativo, puesto que la función ejecutiva es un fuerte predictor de rendimiento académico, incluso más importante que el coeficiente intelectual.
AYUDA EN EL TRATAMIENTO DE ALGUNAS ENFERMEDADES
Sin ir más lejos, la musicoterapia podría reducir la depresión en niños y adolescentes con problemas de conducta y emocionales.
En el estudio más grande de su tipo jamás realizado sobre el tema, investigadores de la Universidad Queen de Belfast (Irlanda del Norte), en colaboración con el Northern Ireland Music Therapy Trust, encontraron que los niños que recibían terapia musical ofrecían una mejora significativa de la autoestima y una reducción notable de la depresión, en comparación con los que recibieron tratamiento sin musicoterapia. Los científicos también descubrieron que aquellos que recibieron música como tratamiento habían mejorado las habilidades de comunicación e interacción, en comparación con los que recibieron las opciones de tratamiento habituales sin música.
En 2011, un artículo publicado en British Journal of Psychiatry y realizado en 79 personas ya afirmaba los beneficios de la musicoterapia como tratamiento complementario en la depresión. En ese caso no se centraron en la adolescencia, sino en la edad adulta. En ese momento se centraron en dos formas de musicoterapia concretas: receptiva y activa.
Lógicamente, para este tipo de tratamientos son necesarios terapeutas idóneos y formados, que acostumbran a integrarse en equipos interdisciplinarios en hospitales, escuelas o centros comunitarios.
Fuente | Consumer