Una vez leí las declaraciones de un cardiólogo en las que comentaba que no importan tanto las horas que dormimos como la calidad de esas horas. Un sueño profundo y reparador, que no tiene por qué durar 12 horas, aporta los beneficios que habitualmente se achacan a un buen descanso nocturno. Hoy os listamos unos cuantos de los beneficios de descansar de verdad por la noche, todos ellos científicamente probados.
MENOS PREOCUPACIONES
La hora a la que nos vamos a dormir, así como la cantidad de horas que pasamos durmiendo, podría influir más de lo que pensamos en la intensidad de nuestras preocupaciones. Investigadores de la Universidad de Binghamton (Estados Unidos) encontraron en un estudio que las personas que duermen menos y van más tarde a la cama suelen sentirse más agobiados por pensamientos negativos que los que mantienen un horario regular a la hora de dormir.
Esta idea estaría directamente relacionada con la rumiación y los pensamientos negativos repetitivos, y es algo que ya ha sido estudiado anteriormente. Las personas que duermen menos y se van a la cama más tarde podrían experimentar pensamientos negativos repetitivos más a menudo que los que no. Y es algo que se exacerbaría cuando se producen interrupciones del sueño durante la noche.
BENEFICIOS CEREBRALES DE DORMIR BIEN
Un sueño regular y cuantioso potencia la salud cerebral. Por el contrario, la privación de las horas de sueño a largo plazo podría minar la energía cerebral incluso después de días de recuperación del sueño. Y podría ser una señal de daño cerebral permanente. Cojámoslo con pinzas, pues es resultado de un pequeño estudio llevado a cabo entre 15 individuos y publicado en la revista Sleep. En él se constató que el hecho de pasar una sola noche sin dormir podría estar relacionada con una pérdida de tejido cerebral.
DORMIR BIEN AYUDA A ESTUDIAR
De forma contraria a lo que muchas veces se piensa, aprovechar las horas de sueño para estudiar para un examen puede ser muy contraproducente. Si no descansamos, no vale la pena estudiar más horas. Es más, es peor, porque después el examen puede salir peor, porque es cuando se descansa que mejor se consolida lo aprendido el día anterior. Por lo tanto, un equilibrio entre el tiempo que se invierte al estudio y el descanso nocturno influye en el rendimiento académico. Por otro lado, muchas investigaciones han constatado que un buen descanso favorece la memoria y el aprendizaje de los más pequeños. Así pues: ¡a dormir lo que toca!
DORMIR BIEN FAVORECE EL SISTEMA INMUNITARIO
Durante el sueño se activan nuestros mecanismos de defensa, que se vuelven más susceptibles a contraer enfermedades si nuestro sueño no es reparador.
DORMIR BIEN BENEFICIA AL CORAZÓN
Si una persona saludable no duerme las horas necesarias hay un incremento notable del riesgo de sufrir calcificación de las arterias coronarias, hipertensión y, en consecuencia, problemas cardiovasculares a largo plazo. Asimismo, las alteraciones resultantes del mal dormir pueden desencadenar problemas de diabetes y cardiovasculares, y también se ha relacionado un mal descanso con síndrome metabólico, un conocido factor de riesgo de enfermedad cardiovascular.
DORMIR BIEN AYUDA A NO ENGORDAR
Son varias las investigaciones que han confirmado que estar desvelado por la noche no ayuda en nada a comer sano. Sobre todo cuando estamos en casa, puesto que las idas y venidas al frigorífico sin casi fijarse en lo que uno caza son muy habituales. O cuando se trabaja de noche y por turnos, lo que favorece las comidas a deshora. O durante las actividades lúdicas nocturnas, cuando se ponen pocos límites al alcohol y se toman desayunos de última hora sin ningún tipo de restricción calórica. Por otro lado, una mala noche de sueño puede incrementar la tentación de comprar más comida de la realmente se necesita. Un estudio publicado en Obesity confirmaba esto tras analizar la potencial existencia de una relación entre la privación de sueño y los hábitos de compra del individuo.