La obesidad es un importante factor de riesgo cardiovascular. ¿Existe un tipo de obesidad que pueda también ser importante en este sentido? La respuesta es que sí: no todos los tipos de obesidad (dos en total) afectan de la misma manera este riesgo.
El tipo de obesidad se mide normalmente a través del perímetro abdominal, medida que permite determinar la grasa acumulada en el cuerpo. En la mujer es de 88 cm y en el hombre, de 102 cm. Si en una persona con exceso de peso el perímetro abdominal es menor que los valores mencionados, se habla de obesidad periférica, mientras que se habla de obesidad central cuando el perímetro abdominal es mayor.
Las personas con un aumento excesivo de la grasa abdominal (aumento del perímetro abdominal) presentan un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (sin quitar que cualquier tipo de obesidad es riesgosa). En España, según datos de la Sociedad Española de Cardiología, 3 de cada 100 personas padecen este tipo de obesidad.
EL PELIGRO DE LA OBESIDAD ABDOMINAL
Este tipo de obesidad favorece el desarrollo de diabetes y gota (una de las formas de artritis más dolorosas, que ocurre cuando se acumula demasiado ácido úrico en el cuerpo). Además, quienes la padecen tienen altas probabilidades de acumular grasa también en otros órganos vitales, lo que favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares. Otro de los motivos es que la obesidad abdominal suele estar asociada otro factor de riesgo de enfermedad cardiovascular como es la hipertensión arterial.
La bibliografía científica existente no sólo ha relacionado la obesidad central con un mayor riesgo de cardiopatías. Ésta se ha asociado también a un incremento de las probabilidades de sufrir cáncer de colon, hígado graso, patologías osteoarticulares, problemas respiratorios o una mayor pérdida de la memoria.
ELIMINAR GRASA ABDOMINAL
Como vemos, no nos encontramos sólo ante una cuestión estética de querer estar delgados para gustar más. Es por nuestra salud. Pero no existen milagros. Lo que hay que hacer es esforzarse y tener persistencia a través del deporte y una alimentación sana que sobre todo no contenga grasas saturadas o alcohol. Poder reducir la grasa abdominal depende en un 80% de lo que comamos.
Otras maneras de poder reducir la grasa abdominal pasan por tratar de cuidar nuestro hígado. Es el órgano encargado de producir la bilis, fundamental para realizar una digestión adecuada y eliminar las grasas sobrantes. También hay que beber mucha agua, reducir el consumo de azúcar y de sal de sodio, aumentar el consumo de vitamina C (imprescindible para quemar la grasa abdominal), no saltarse el desayuno y tratar de dormir bien.
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