En otro artículo os hablamos del efecto placebo. Este efecto puede definirse como aquél que genera en nuestro organismo cualquier sustancia que carece de acción curativa pero que produce un efecto terapéutico si el paciente la toma con la convicción de que es un medicamento realmente eficaz.
Hoy queremos hablaros de otro efecto menos conocido y menos estudiado pero muy relacionado con el efecto placebo: el efecto nocebo.
EL MISMO PROCESO, DIFERENTES RESPUESTAS
Con frecuencia, muchos pacientes que participan en ensayos clínicos de asignación al azar (en los que parte de los participantes toman el medicamento puesto a prueba y la otra parte, una sustancia sin poder curativo) dejan de tomar el “medicamento” que le ha tocado tomar en el ensayo por sus teóricos efectos secundarios. Sin embargo, resulta que algunos de estos sujetos son parte del grupo placebo y, por lo tanto, nunca recibieron ningún medicamento activo.
Este es un caso del efecto nocebo, que hace que las personas sufran efectos adversos al recibir un tratamiento solo porque los esperan de antemano. Es un problema, pues interfiere seriamente con el tratamiento médico.
Así pues, podemos afirmar que el efecto nocebo funciona de forma contraria al placebo. En ninguno de los dos tiene por qué existir un fármaco “real”, pero en el efecto nocebo las consecuencias dañinas y desagradables a nivel bioquímico, fisiológico, emocional y cognitivo son las mismas que las que se producirían si se tomara el fármaco real. Si bien tienen resultados opuestos, las áreas cerebrales implicadas en el efecto nocebo son similares a las del placebo. Que se dé uno u otro dependería de los factores de activación.
Así pues, tanto las expectativas positivas como las negativas pueden amplificar los síntomas, tanto de forma positiva como negativa. El factor psicológico en todo esto parece muy evidente.
PERO, ¿QUÉ ES UNA REACCIÓN ADVERSA?
El efecto nocebo puede considerarse uno de los tipos de reacciones adversas que, como hemos indicado, pueden aparecer en el desarrollo y conclusión de un ensayo clínico. Como reacción adversa podemos entender todos aquellos efectos nocivos o indeseados que se presentan tras la administración de un fármaco. También se conoce como «acontecimiento adverso» cualquier reacción indeseable que aparece en los pacientes que participan en un ensayo clínico sin que necesariamente exista una relación causal con los medicamentos administrados.
EL PRECIO DEL FÁRMACO, UN AGRAVANTE DEL EFECTO NOCEBO
En la tendencia actual en la investigación científica de estudiar el efecto nocebo, un grupo de científicos de la Universidad de Hamburgo-Eppendorf (Alemania) han publicado recientemente, en la revista Science, los resultados de un estudio sobre dicha cuestión. En éste afirman que personas que se encontraban recibiendo un tratamiento con un fármaco sin acción curativa creyeron estar experimentando efectos adversos más graves cuando la sustancia aparecía etiquetada como más costosa.
En dicho trabajo, los expertos desarrollaron un nuevo método de imagen por resonancia magnética para realizar mediciones de las actividades simultáneas que ocurren en todo el sistema nervioso central: la corteza cerebral, el tronco encefálico y la médula espinal. Para el tratamiento con nocebo, se aplicó a 49 participantes una supuesta crema contra el picor que, en realidad, no contenía ningún ingrediente activo. Se les dijo a todos ellos que uno de los efectos adversos de la crema era una mayor sensibilidad al dolor, con la diferencia de que a unos se les añadió que la crema era cara y a otros, que era barata.
Los participantes que usaron la crema más cara indicaron una mayor sensibilidad en una prueba de tolerancia al calor, y los efectos del nocebo se volvieron más pronunciados con el paso del tiempo.
Estudios anteriores habían constatado que el hecho de que un medicamento sea más o menos caro también incide en la respuesta activa a dicho medicamento. Esto sugiere que, en la mente de las personas, el medicamento caro aparece como más potente que el barato, tanto para lo bueno como para lo malo. Resultados así indican que las zonas cerebrales implicadas en ambos efectos son las mismas, pero que tienen patrones de activación diferentes, como ya hemos indicado anteriormente.
FUENTES | Medicina clínica, SINC, Eurekalert