De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las recomendaciones del consumo de azúcar en la dieta debe ser inferior al 10% del valor calórico total de tu dieta. Por ejemplo, un adulto que consuma 2500 calorías debería consumir un máximo de 25g de azúcar al día. Sin embargo, el consumo actual está muy lejos de estas cifras, actualmente consumimos entre un entre un 16-36%. Según el estudio científico ANIBES, elaborado por la Fundación Española de la Nutrición, el consumo medio de azúcar diario en España es de 71,5 gramos, una cifra que triplica las recomendaciones de la OMS. Y es que el azúcar es una de las sustancias más adictivas que existe, por no decir la que más.
De acuerdo con la revista Times, el azúcar:
Empeora el rendimiento del cerebro
Así lo asegura el endocrinólogo Robert Lustig, quien afirma que los procesos de memorización y aprendizaje tienden a lentificarse en quienes consumen azúcar.
Reduce la sensación de saciedad
El azúcar activa las zonas de placer del cerebro, lo que disminuye la sensación de estar satisfecho al ingerir alimentos.
Acelera el envejecimiento
El azúcar disminuye la reparación del colágeno, la proteína que proporciona un aspecto saludable y juvenil a la piel.
Aumenta el peso
El exceso de fructuosa y glucosa se transforma en grasa en el hígado, lo que acrecienta los riesgos de obesidad y de diabetes tipo 2.
Daña los tejidos
El azúcar acelera el proceso de oxidación de las células. Esto puede desarrollar enfermedades hepáticas, insuficiencia renal y cataratas.
Crea adicción
Consumir azúcar conduce a la liberación de dopamina, el neurotransmisor que provoca querer más de la sustancia que produce placer.
Baja la energía
Si bien el consumo de glucosa causa una sensación de energía, hay que tener en cuenta que esto es un efecto breve, pues seguido viene la “caída”, causando un gran agotamiento.
El peligro del azúcar recae principalmente en los llamados azúcares libres, es decir, los monosacáridos y disacáridos que añaden los fabricantes, cocineros y, en última instancia, los consumidores. Consumimos azúcares en exceso desde la infancia (los potitos infantiles son una fuente importante de azúcares añadidos), somos adictos y, a día de hoy, una gran parte de los productos que consumimos diariamente contiene azúcar.
El azúcar aparece en las etiquetas camuflado con nombres como sacarosa, maltodextrina, dextrina, polialcoholes o fructosa. Fijarse en las etiquetas resulta esencial, ya que en el envase podemos ver “sin azúcares” y en la etiqueta pueden aparecer enormes cantidades de azúcar con otro nombre que puede despistar al consumidor. Aquí puedes ver las 54 maneras distintas en que puede aparecer el azúcar en los alimentos.
A pesar de que la población está muy concienciada de la cantidad de azúcar presente en ciertos alimentos como la bollería o los pasteles, hay muchos otros que parecen más inofensivos de lo que son en realidad.
CERVEZA SIN ALCOHOL
En función del fabricante, la presencia de azúcar será mayor o menor. No obstante, si eres de los que te has pasado a esta bebida para ser más saludable, debes saber que la presencia de azúcares en la cerveza sin alcohol puede ser de hasta 12 gr.
CAFÉ ENVASADO
Son aquellos cafés ya preparados para consumir que podemos encontrar en tiendas o grandes superficies. Dichas bebidas contienen elevadas cantidades de azúcar, sobre todo los cappucinos. Otros tipos de cafés o frapuccinos preparados como los que encontramos en establecimientos tipo Starbucks contienen hasta 80 gr de azúcar por taza de café.
SUSHI
Una pieza de sushi puede contener unos 2 gr de azúcar, con lo que con una comida a base de sushi podemos superar con creces la cantidad máxima de azúcar recomendada por la OMS.
ALIMENTOS PRECOCINADOS
En función del tipo de alimento que contiene, pero a la mayoría de ellos se les añaden cantidades importantes de sal y azúcar para acentuar o mejorar el sabor. Fíjate de nuevo en las etiquetas, un producto bajo en azúcares no debería sobrepasar los 5gr de azucares por 100 gr de producto.
PAN DE MOLDE
Aunque se consuma integral, con cereales, sin corteza… el pan de molde NO es un alimento saludable, está compuesto por harinas refinadas y azúcares añadidos. De aquí su agradable sabor, suavidad y esponjosidad. Evita el consumo de este tipo de panes, opta siempre por un pan artesanal elaborado con levadura natural y harina de calidad.
MIEL
La miel es una fuente destacada de azúcares. Si bien es un alimento mucho más natural y menos refinado, la presencia de fructosa y glucosa es de hasta un 80%. Es un producto con presencia de nutrientes, lo que es mejor que el azúcar refinado que no aporta ningún nutriente. Sin embargo, el dulce impacto sobre el organismo es el mismo.