El ejercicio físico podría ayudar a mejorar la memoria y el pensamiento en personas con deterioro cognitivo leve. Incluso podría ser una mejor receta a los medicamentos. Lo asegura una nueva guía para médicos publicada en la revista Neurology, la publicación médica de la American Academy of Neurology. En concreto, la guía indica que los médicos deberían recomendar ejercicio dos veces por semana a los afectados por deterioro cognitivo leve.
Como indican los autores principales de las nuevas directrices, respaldadas por la Alzheimer’s Association, lo que es bueno para tu corazón puede ser bueno para tu cerebro. Hace tiempo que se ha constatado que el ejercicio físico regular tiene beneficios para la salud cardíaca, y ahora también aseguran que puede ayudar a mejorar la memoria.
A MEDIO CAMINO DE LA DEMENCIA
Los beneficios de los que estamos hablando se dan en presencia de deterioro cognitivo leve, que afecta a más del 6% de las personas mayores de 60 años y a más del 37% de las personas mayores de 85 años. Este tipo de declive es el que se da en una etapa intermedia entre la disminución cognitiva esperada del envejecimiento normal y la disminución más grave que se da en presencia de demencia. Los síntomas pueden implicar problemas con la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el juicio, que se dan de forma más grave que los cambios normales relacionados con la edad.
En general, estos cambios no son lo suficientemente graves como para interferir significativamente con la vida cotidiana y las actividades habituales. Sin embargo, el deterioro cognitivo leve puede aumentar el riesgo de progreso posterior a demencia causada por la enfermedad de Alzheimer u otras afecciones neurológicas.
No obstante, algunas personas con deterioro cognitivo leve nunca empeoran, y algunas finalmente mejoran. Es aquí donde el deporte puede ser óptimo.
ENTRENAMIENTO FÍSICO Y COGNITIVO
Los autores de la guía han desarrollado las recomendaciones después de revisar todos los estudios disponibles. De ahí han extraído que entrenamientos dos veces por semana pueden ayudar a las personas con deterioro cognitivo leve como parte de un enfoque general para controlar sus síntomas.
Este entrenamiento debería incorporar ejercicio aeróbico, desde caminar rápidamente a correr, de la forma en la que se desee. El nivel de esfuerzo debería ser suficiente para ejercitarse un poco, pero no tan riguroso hasta el punto que no permita mantener una conversación.
Otra actualización de la guía dice que los médicos también podrían recomendar entrenamiento cognitivo para personas con deterioro cognitivo leve. Este tipo de entrenamiento consiste en ejercicios repetitivos de memoria y razonamiento. En todo caso, la evidencia científica que indica que este tipo de ejercicios pueden mejorar la función cognitiva es aún muy débil.
La nueva guía no recomienda cambios en los medicamentos, y se centra en encontrar factores de estilo de vida que puedan ralentizar la tasa de deterioro cognitivo. En este sentido, no hay que ver el envejecimiento como un proceso pasivo, sino como una fase en la que puede intervenirse y hacer algo para ralentizar los procesos de deterioro inherentes al paso de los años. Como los mismos expertos indican, si uno está destinado a tener problemas cognitivos a los 72 años, el ejercicio puede ayudar a retrasarlos hasta los 75 o 78. Y, en realidad, sin demasiado esfuerzo.
Fuente | Mayo Clinic